De por qué mi blog se llama como se llama, o la primera entrada a este chuzo.
- mcamilacch
- 6 ago 2020
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 20 ago 2020
Una_Literata_Escribe escribe en este momento y reflexiona sobre ese acrónimo. Lo primero, que qué chimba poder escoger el nombre de una misma, el nombre es lo que nos valida y nos ubica en el mundo y, aún así, así como nuestra propia existencia, no lo escogemos, la escogen por nosotros. Ese es uno de los placeres, recién descubiertos por mí, de crear un blog.

Mi nombre en la “vida real” es Maria Camila y me gradúo este año de Filósofa y de Literata (sí, son dos pregrados distintos) y llegué acá para darle un poco de sentido a mi vida, para organizar ideas varias, en resumen: por desparche (nada sorprendente en un filósofo). Así que las siguientes preguntas son: ¿porqué Una_Literata_Escribe y no Una_Filósofa_Escribe? ¿Por qué no ambas etiquetas? Me gradúo dentro de pocos meses de Filósofa y aún así preferí no nombrarme como tal por acá. He visto a muchos colegas que ni siquiera se llaman a sí mismos “filósofo(a/e)” porque opinan que obtener un título de pregrado en filosofía no implica ser Filósofo/a/e. No opina lo mismo la universidad, en el cartón sí dice muy elegante (y hasta irreflexivo, quién quita): Filósofo. Entonces, ¿qué es ser filósof@? Bueno, ya empezamos a filosofar (¿O ya habíamos empezado?). Hay definiciones que un diccionario no puede responder y esta es una de ellas. La razón es que no hay respuesta absoluta, de hecho, cada filósof@, dependiendo de su corriente, respondería algo distinto. Lo básico, y hay que decirlo, sería recordar que “filosofía” viene del griego antiguo φιλόσοφο que significa amor por el conocimiento. Entonces, si somos unos puristas, cualquiera que sea un ñoño (en cualquier área, en cualquier aspecto, en cualquier forma (¡ojo a eso!)) es un filósofo. O sea que, bajo esa definición, no todo el que se gradúa de filosofía es filósofo y no todo filósofo estudió filosofía.

Sin embargo, hay que tener en mente, me atrevo a afirmar, que lo que estudiamos en la academia en filosofía se puede categorizar en una lista bastante homogénea en todo occidente. Siempre estudiamos: epistemología (o todo lo relacionado con el conocimiento), ética, política, metafísica (o lo que es el “ser” (no hay necesidad de entenderlo)) y estética. O sea que la forma de entender lo que es ser “filósofo” es un poco más precisa, es decir que es un amor por unos conocimientos más particulares que, como pudimos ver, atañen a temas muy generales y que tocan la fibra y las entrañas de nuestra existencia en el mundo. ¿Qué soy? ¿Quién soy? ¿Qué es la nada y cómo vine de ella? ¿Cómo puedo saber todo eso? ¿Cuáles son los límites de lo que puedo saber? ¿Qué se puede pensar y qué no? ¿Qué es lo bello y qué lo sublime? ¿Qué es lo bueno? ¿Quién dice qué es lo bueno? ¿Qué es la libertad? ¿Existe tal cosa como el destino? ¿Qué tiene que ver Dios en todo esto? ¿Qué tiene que ver la ciencia y cómo?
Para Sócrates, filosofía consistía en preguntar, y preguntar, y preguntar… en dudar de todo. Para Platón, el filósofo es el más sabio de la polis y, por tanto, quien merece gobernar y quien tiene un status superior con respecto a los demás. Para Heidegger, el filósofo es un Dasein más consciente de su existencia del mundo y de detalles como su ser-para-la-muerte, también según él es un ser superior (¡tan raro los filósofos del canon y su ego gigante!). Para Foucault, el filósofo estudia la verdad a la par que estudia la historia. En oposición a Quine, quien no concebía al filósofo separado de la ciencia empírica. Y vean en el (polémico) video de abajo lo que opina Russell al respecto. Por último, para Wittgenstein (<3) la filosofía busca una clarificación lógica del pensamiento (ver Tractatus 4.111). Y así, podría dedicarle este blog exclusivamente a hablar qué significa filosofía o ser filósofo para cada uno de los filósofOs reconocidos a lo largo de la historia. Pero, por ahora, no me interesa.

Lo que sí me interesa es mencionar que la gente fuera de la academia menciona mucho la palabra “filosofía” y sus derivados. Es que estoy filosofando, me dijo un día un amigo para decirme que estaba pensando profundamente en algo. Ay, ¡ya deja de filosofar! Me dijo, un ya desconocido, cuando estaba discutiendo con él para decirme que dejara de enredar las cosas (supongo yo). ¿Esas opiniones valen igual que las posiciones de la gente del párrafo de arriba? ¿Por qué?
En fin. ¿Hacia dónde coger? A mí, por gusto propio, porque me parece una definición bonita, pero también porque creo que se puede interpretar incluso como un punto en común en todas las posiciones anteriores (si se revisan, todas -incluso las opiniones fuera de la academia- se van a algo más específico, pero todas tienen en común que la filósofa/o duda y se interesa por saber) me tienta quedarme con la definición griega. Hoy me voy convencida y feliz hacia el lado purista. Recordemos que desde esa definición, filósofo es quien ama al conocimiento, pero además se trataba de un amor al conocimiento que no se reducía a una suma de argumentos sino que se concebía como todo un estilo de vida. Sin embargo, no quiero desconocer eso que mencioné rápidamente de la filosofía fuera de la academia. La academia se ha convertido en una institución que legitima el conocimiento, pero eso no quiere decir que lo que se produzca fuera de ella no sea válido o valioso. Lo que sí crea es un círculo cerrado y exigente, he escuchado a compañeros decir que filósofo es solamente aquel que escribió algo “importante” de filosofía, según ellos son Descartes, Kant, Hegel, los otros que nos ponen en el pénsum y no más. Pero yo creo que es tan valioso ese paper gringo que leemos para pensar el problema del Free Will como esa conversación de media noche con los amigues y pola en mano. No. Muchas veces, incluso, es más valiosa esa conversación trasnochada y borracha porque puede ser más sincera, más real, más desde las tripas, más vomitiva y, por tanto, más útil, más vital y más reparadora. Sí, hoy me quedo con la definición griega y digo que, para mí, ser filósof@ es amar el conocimiento, en general, así, a secas; o, lo que es lo mismo, ser un curioso empedernido. Y eso significa que es una curiosidad o una búsqueda de conocimiento que se da no solo al leer los reconocidos tratados de filosofía de esos señores (blancos europeos, no sobra recordar) de quienes se popularizan un par de frases; sino al dialogar, al leer otras cosas, al hacer yoga, al ver ciertas películas, al tuitear y leer tuits, al escribir borracho, al escribir enamorado, al hacer arte, al pensar cansado, al pensar llorando, al pensar bailando. Y bueno, que en ese sentido sí habría valido la pena poner Una_Filósofa_Escribe pero, como vimos, por otras razones.
PS: para encontrar fuentes bibliográficas de todo lo que mencioné de la concepción de cada filósofo pueden ir a la página Internet Encyclopedia of Philosophy (https://iep.utm.edu/home/about/).
@Elena ¿cómo se etiqueta acá? Me siento perdida, aunque no me sorprende jaja. Gracias parce, yo amé mucho tu comentario. Totalmente de acuerdo con lo de haber compartido juntas ese camino, no le pongo más palabras porque ya lo dijiste de una manera re bonita y poética... y sí, mucha gente me ha preguntado lo mismo jaja. Quiero dedicar el blog principalmente a pensamientos varios sobre filosofía y literatura, así que en principio pensé poner ambas etiquetas, luego vino la reflexión y, bueno, así llegué ahí...
Parceeee, esto está muy chévere. Amo el lenguaje, el nuestro (desparche,etc), amo la @, amo que pongas en diálogo ambas carreras, la reflexión acerca de qué es ser filósof@, los memes, y los vídeos, que le dan vida, la mención de Heidegger, los Papers de Free Will vs la Pola, referencia que entiendo perfecto, la concepción de filosofía como amor al conocimiento, con la que también me quedo aunque sea purista, y que es ese estilo de vida en el que todo es aprendizaje. Que bonito haber compartido esta carrera, o más bien esta caminata, o paseo, contigo <3. Perono respondiste, ¿Por qué literata?